Un año después de su tercer disco
de estudio “Eschaton”, el dúo apocalíptico de Birmingham se dirigía de nuevo a
los estudios de grabación para realizar su cuarta placa y dejar que el caos
imperante reinara de nuevo en los oídos de las inocentes almas que asomaban sus
narices en los caóticos y baldíos terrenos
creados por V.I.T.R.I.O.L e Irrumator.
Disco a disco, la banda ha ido
evolucionando a pasos agigantados. Desde el agrio Black Metal de su primer
disco, hasta la perfecta combinación de Grindcore con un Black Metal más
melódico lleno de diferentes matices, los atormentados cerebros de sus dos
miembros han ido haciéndose paso entre la vanguardia del underground extremo.
Obviamente cualquiera pensaría que
sólo una abominación infumable podría salir al combinar dos sub-géneros tan
toscos y recios como lo son el Grindcore y el Black Metal, pero nada más lejos
de la realidad, compañeros, pues una vez más, la mente privilegiada de estos
muchachos nos demuestra que con algo de ingenio y esmero se puede sacar mucho
más de sub-géneros que aún tienen bastante por dar.
La portada presagia que el
inminente apocalipsis ha llegado a nosotros en forma de disco. Un paisaje arrasado y desolado con el logo de la banda
ocupando la parte superior advierte sin duda alguna que el infierno está vacio,
y todos los demonios están aquí.
Desde que la intro “Solifugae” nos
pone en juego para dar paso a “Der Hölle Rache Kocht in Meinem Herzen” (El
titulo pertenece a una de las arias más famosas de la ópera, creada por
Wolfgang Amadeus Mozart, el cual significa “La Venganza del Infierno Hierve en
mi Corazón” en alemán, para los curiosos.) se puede intuir la intensidad y aura
de “Armagedón” que caracteriza a la banda. La mezcla entre riffs con aura
blacker y patrones característicos del Grindcore se conjugan perfectamente
entre si formando un torbellino de oscuridad e intensidad que nos envolverá de
manera irremediable mientras los segundos pasan como agua.
V.I.T.R.I.O.L cumple su labor
perfectamente, y sin taras en la lengua me atrevería a decir que en este disco
se encuentra su mejor performance vocal hasta la fecha. Los diferentes
registros vocales que aquí se encuentran son diversos y variados, e incluso a
cualquiera se le haría difícil pensar que una sola persona es la que se encarga
de hacer todas las voces que encontramos a lo largo de todos los temas. Desde
gritos insufribles de dolor, hasta voces limpias con cierto toque “tenor” (las
cuales en opinión de este humilde servidor cuadran perfectamente con la música
como ninguna otra lo haría), V.I.T.R.I.O.L cumple perfectamente dejándonos deleitados
y destrozados al mismo tiempo.
“Screaming of The Unborn” (atención
a como V.I.T.R.I.O.L recita esa sentencia que sigue el estribillo con esa voz
de ultratumba) y “Virus Bomb” (Combinación perfecta entre gritos de agonía y
voces limpias en 02:23) son un claro ejemplo de todos estos matices vocales que
mencione con anterioridad. Sin duda esto es algo que jamás se había escuchado
antes. Está claro que algunas influencias pueden salir a emerger, como esa
similitud vocal en algunas partes muy puntuales con “Atila” cantante de Mayhem
(el cual ha hecho colaboraciones con la banda en otras entregas) Pero de ahí en
fuera, no podemos decir que “tal suena a pascual”, porque el sonido de esta
gente sin duda es algo que aún no se había explorado hasta la fecha.
“The Final Absolution” se nos
presenta como el tema más variado del disco, con cambios de tiempo que van
desde ritmos “groovys” hasta blast-beats desenfrenados los cuales se mezclan a
unos riff melódicos y una voz en tono “majestuoso” que va creciendo hasta
llegar a un punto álgido en el coro. “Shatter The Empyrean” sigue el derrotero
de caña intensa por un tubo y velocidad vertiginosa que se nos presentaba al
principio del disco, con un toque más melódico en los riffs que los temas
anteriores, pero que no tiene desperdicio alguno, pues no pierde la esencia en
ningún momento, es más, le agrega unas cotas más de variedad al disco, por si
ya no era suficiente.
“Lama Sabachthani” se alza como el
punto más alto del disco, abriendo con ese riff lleno de intensidad y
sentimiento acompañado de unas vocales atormentadas y profundas en el fondo,
desembocando finalmente en ese estribillo aplastante, el cuál recita con odio y
desesperación profunda la oración “Eloi, Eloi, Lama Sabachthani”, las últimas
palabras que Jesús dijo a Dios en la cruz antes de morir, las cuales
significan: “Señor, señor, ¿por qué me haz abandonado?”. Sin duda uno de los
temas (junto a Christ Passion de los irrepetibles Sodom) que más se acerca a reflejar el sufrimiento de Jesús en la cruz
antes de morir. Atención al collage de voces que cierran el tema de la canción.
Sin duda uno de los finales más intensos que he escuchado en bastante tiempo.
“Until The World Stops Turning”
(con un sonido bastante parecido a “Shatter The Empyrean”) “Genetic Noose” (en
colaboración con Joe Horvath, vocalista de “Circle of Dead Children” banda de
Brutal Death Metal/Grindcore) y “Sanction Extremis (Kill Them All)” (uno de los
tracks más bestiales de todo el disco) se encargan de trazar la recta final del
disco sin perder por un solo segundo el norte, haciéndonos postrar de cara
contra el suelo a base de una paliza sonora de la cual pocos saldrán cuerdos.
Y finalmente para cerrar el disco
llega a nosotros el súper ladrillazo sónico que lleva como nombre “Castigation
and Betrayal” (un nombre bastante acertado) la cuál abre de manera turbia y calma, tomando
forma de manera ascendente mientras unos gritos insufribles se abren paso entre
ese mar turbio y fangoso para de repente saltar sin previo aviso hacía nuestros
tímpanos y destrozarlos sin piedad ni misericordia. Excelente cierre lleno de
furia e intensidad para lo que supone un disco lleno de tanta tralla y odio.
Por si alguien se preguntaba quien
era aquel ente sobre-natural con botas hipersónicas que nos taladró los
tímpanos durante los 36 min del disco, pues no es nada más que una
“Drum-machine” programada por el genio y cerebro de la banda, Irrumator. En si
es algo que podría desilusionar a cualquiera, pero nada de eso, pues nadie
podrá negar que la batería está programada de una manera tan real, que pocos
son los que notarían que hay algo artificial detrás del kit de batería, y por
si alguien se pregunta: “¿Y como tocan en vivo?” le respondo: Las baterías
están programadas de manera tan realista que para sus conciertos tienen a un
baterista el cual toca a la perfección las canciones, y lo mejor es que las
canciones suenan igual de intensas que en estudio. No van más haya de limites
humanos. Estos muchachos sin duda saben perfectamente lo que hacen y tienen
todo fríamente calculado.
Un disco bastante difícil para
paladares susceptibles y tímpanos delicados que no aguantan tanta tralla junta.
¿Difícil de digerir? Tal vez. Esta banda y sus discos son cosas que hay que ir
tomando poco a poco y en pequeñas dosis, pero cuando entra, lo hace para no
volverte a soltar jamás, volviéndose una adicción total de la cual siempre
necesitaras una dosis.
Un disco más que recomendado para
todos los amantes de la caña más ruda y destroza-cráneos. Para los buscadores
de sonidos nuevos y extremos nunca antes emulados. Riffs excelentes, baterías a
la velocidad de la luz, actitud y mucha creatividad, cosa que se agradece y con
creces en una escena tan saturada en donde la creatividad y la originalidad
suelen escasear de tanto en cuando.
Puntuación final: 10/10
Lista de canciones:
1. – Solifugae (Intro)
2. - Der Hölle Rache Kocht in Meinem Herzen
3. - Screaming of the Unborn
4. - Virus Bomb
5. - The Final Absolution
6. - Shatter the Empyrean
7. - Lama Sabachthani
8. - Until the World Stops Turning
9.- Genetic Noose
10. - Sanction Extremis (Kill Them All)
11.- Castigation And Betrayal
Integrantes:
V.I.T.R.I.O.L (Voz)
Irrumator (Todos los instrumentos,
programación)
Sello: FETO Records.
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